22 de noviembre, 2018 | Rossana Solorzano | Radio Tele
Dos figuras de resina amputadas no tienen tanto valor económico, pero sí sentimental y simbólico por representar al género musical por excelencia en Argentina. Fueron trasladadas días atrás al predio de Monumentos y Obras de Arte (MOA) en Buenos Aires luego de ser dañadas junto a las de otros famosos artistas en esta capital.
Descabezado, el compositor Aníbal Troilo reposa en un asiento con su bandoneón. A su lado, sonriente pese a no tener brazos, se yergue el cantor Alberto Castillo. Ambas son estatuas de glorias del tango argentino que fueron víctimas del vandalismo y esperan ser restauradas en una suerte de hospital de obras de arte.
Por ello, son fueron llevados a los talleres de ese centro, 15 restauradores se afanan por darle vida a la veintena de obras exhibidas al aire libre que mensualmente son cercenadas, pintadas con aerosol o destruidas por quienes las atesoran como trofeos, venden sus fragmentos, golpean al descargar su ira en protestas sociales o simplemente gozan derribándolas.
“Siento orgullo al hacer este trabajo… Nos gustaría que fuera menor y dedicarnos sólo a la preservación de las obras a la intemperie, que la restauración pasase por el daño del paso del tiempo y no por un daño hecho adrede”.
Señaló Jorge Grimaz, a cargo de la coordinación operativa de MOA, que a su vez depende del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la ciudad.